"El objeto de la educación es preparar a los jóvenes para que se eduquen a sí mismos durante toda su vida." Robert Hutch

La Liga Española de la Educación en la Escuela de Otoño de la PVE en Huesca




Hoy me encuentro, junto con mis compañeros de la Liga Española de la Educación en la provincia de Huesca para la inauguración y celebración de la XIV Escuela de Otoño de la Plataforma del Voluntariado de España, en la que ocupamos la rsponsabilidad de la Vocalía de Formación, encargada del evento, a través de Nieves Gómez y Begoña López.

Como en el blog de la Liga http://ligadelaeducacion.blogspot.com ya tenéis información, os quiero retratar un poco los ponentes que intervenimos:

Ponentes de la XIV Escuela de Otoño

Victorino Mayoral

Presidente de la Liga Española de la Educación y la Cultura Popular y de la Fundación Educativa y Asistencial CIVES. Es licenciado en Derecho. Fue profesor y director del Centro Asociado de la UNED de Madrid. Miembro del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado. Ex-consejero de Presidencia y Trabajo y de Educación, Juventud y Deportes de la Junta de Extremadura de 1993 a 2000. Diputado en las legislaturas II, III y IV.

Yolanda Besteiro

Licenciada en Derecho, Yolanda Besteiro es la presidenta de la Federación Nacional de Mujeres Progresistas, vicepresidenta de la Plataforma de Organizaciones No Gubernamentales del Sector Social (POAS), vocal del Consejo Rector del Instituto de la Mujer y miembro del Observatorio de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres del Instituto de la Mujer.

Julio del Valle

Es el presidente de ASDE-Scouts de España y –profesionalmente- ha trabajado como técnico de intervención social y gerente de diferentes ONG. También ha evaluado proyectos de cooperación internacional especialmente en Latinoamérica y países árabes. Es Secretario General de la Plataforma Estatal de Organizaciones de Infancia y vocal de relaciones internacionales de la Plataforma del Voluntariado de España.

Aurelio de la Cámara

Licenciado en Derecho y titulado como experto en Cooperación Internacional al Desarrollo, por el Instituto de Estudios para la Paz y la Cooperación. Actualmente es tesorero del Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad, donde ha colaborado como voluntario atendiendo a las personas, gestionando voluntariado e implantando un sistema de recursos humanos.

Isabel Oriol

Licenciada en Biología y doctorada en Bioética, Oriol es la presidenta de la Asociación Española contra el Cáncer y también colabora e la asociación Semilla por la integración social del joven. Anteriormente, ha colaborado en organizaciones sin ánimo de lucro atendiendo a personas con alguna enfermedad, jóvenes y migrantes.

Manolo García

Licenciado en Psicología por la UNED, en 1995 comenzó sus actividades de voluntariado en el Teléfono de la Esperanza y en la Plataforma del Voluntariado Social de Sevilla, donde fue presidente desde el año 2002 hasta 2008. Desde 2007, es presidente de la Plataforma Andaluza del Voluntariado. La formación y el desarrollo de programas de responsabilidad social corporativa son dos de los campos que más ha trabajado.

Javier Álvarez Souto

Coordinador docente del Programa de Voluntariado de Mayores para Mayores de la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados (UDP). Se licenció en Ciencias Políticas y Sociología. Ha desarrollado toda su vida laboral realizando y dirigiendo investigaciones sociológicas tanto en España, como en otros países europeos y latinoamericanos.

Juan Luis Guijarro

Juan Luis Guijarro es médico especialista en geriatría. Es fundador, presidente y voluntario de la entidad Voluntariado Geriátrico de Pamplona. Además, desde 2007, preside la Plataforma Navarra del Voluntariado.

Javier Edo

Edo es el presidente de la Plataforma de Voluntariat Social de la Comunitat Valenciana. Se licenció en Antropología y ha realizado investigaciones sobre las culturas. Ha sido voluntario de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado y es presidente de la Asociación Valenciana de Ayuda al Refugiado (AVAR).

José Alberto Vicente Ochoa

Es animador y dinamizador sociocultural. Formó parte del equipo fundador de la Federación de Escuelas de Tiempo Libre, hoy Didania, del equipo fundador de la Fundación EDE -dedicada a la formación y promoción social- y de Suspergintza Elkartea, asociación para la dinamización de servicios socioculturales. Actualmente es vocal de la junta directiva de Didania, vicepresidente de la Fundaciòn Aisi Hezi para la promoción de grupos de tiempo libre educativo y presidente de la Fundación Harribide, una entidad de dinamización sociocomunitaria.

Abelardo de la Rosa
Ligado a las organizaciones del Tercer Sector y del Voluntariado en Andalucía, ha sido Presidente de la Liga Giennense de la Educación y la Cultura Popular y Presidente de la Red Provincial de Voluntariado “Lienzos”, que es la federación de entidades de acción social y voluntariado en la provincia de Jaén. Actualmente desarrolla su actividad voluntaria en el Centro de Recursos para el Voluntariado y las Asociaciones de la Provincia de Jaén

CLAUDIO







A su mujer, Ventura; a sus hijas, a sus nietos y a su hermana, Maria José.

En nombre de todos los que integramos la LEECP, directivos, socios, trabajadores, de esta organización de la que él era su Vicepresidente, y uno de sus fundadores, me corresponde decir lo que para nosotros significa la pérdida de Claudio López Serrano y el hueco irremediable que su ausencia nos crea; una ausencia que padeceremos en adelante, cuando comprobemos, en el día a día de nuestro trabajo, que su acostumbrada, afectuosa y desinteresada presencia y dedicación ya no nos acompañará.

Han sido muchos años de compromiso desinteresado, de fraternidad, de compañerismo solidario y perseverante de Claudio en este proyecto idealista que hemos construido nosotros mismos con él a lo largo de cinco lustros, luchando con tenacidad para hacer realidad la organización vigorosa, extensa en sus servicios a la sociedad; capacitada, seria y optimista que hoy ha llegado a ser la LEECP, juntamente con la Fundación Cives.

La ejemplaridad ética de Claudio tiene una de sus expresiones vitales mas significativas precisamente en su contribución a la creación de unas organizaciones no gubernamentales que, además de recoger sus ideales pedagógicos y cívicos, y de llevarlos a la práctica mediante los múltiples centros, servicios y programas de intervención educacional y socioeducativa que hoy desarrollamos al servicio de la infancia, la juventud y las familias, se constituyen como entidades sin fin de lucro, de utilidad pública y de ámbitos privilegiados para la práctica del voluntariado social. De modo que la Liga llegó a constituir para él, igual que para nosotros, el espacio reservado, amigable, pacifico, como de una tierra fértil a su disposición en la que poder sembrar la semilla que hiciera posible fructificar las bellas flores de la Solidaridad, la Laicidad y la Ciudadanía activas, sin la pesadumbre y el burocratismo de las organizaciones partidarias.

Puedo atestiguar sobre lo que la Liga significó para los sueños idealistas de Claudio, el gran tiempo y esfuerzo que le dedicó, su cariño por esta organización y por todos sus miembros, las luchas, los desvelos, las preocupaciones, la entrega generosa de su tiempo, hasta sentirla, como así era, parte de su vida, porque fue uno de sus principales artífices desde el momento inicial de su fundación. Claudio ha sido ejemplo de entrega y lealtad a la LEECP, una figura señera de la misma, desde la fundación hasta el día que desgraciadamente le fallaron sus fuerzas físicas, y no tanto su espíritu generoso e incansable.

Aún tenemos en nuestra retina su ya frágil figura participando en nuestras Jornadas nacionales de Formación y Convivencia, los días 27 y 28 de junio de este año 2009, y asistiendo por última vez a la Asamblea y a la Junta Directiva de la LEECP celebradas el día 28 de junio. Sabíamos de su sufrimiento callado, e impotentes contemplábamos, sin saber qué decirle para no herir su voluntad de lucha contra la enfermedad que padecía, como esta iba minando día a día su frágil cuerpo. Nosotros también sufríamos e intentábamos encubrir con nuestro activismo una sensación imposible de normalidad y el temor que nos embargaba por el destino fatal que se cernía sobre nuestro amigo y compañero.

Nos ha dejado un hueco, una profunda ausencia. Pero también una herencia generosa que servirá de estímulo a todos cuantos pertenecemos a la Liga y trabajamos en ella. Porque Claudio dio contenido e hizo efectivos en sus actos y proyectos, todos los principios que constituyen la razón de ser de la Liga: Solidaridad, como compromiso de lucha para hacer realidad los derechos humanos que a todos los ciudadanos corresponden; Laicidad, como propuesta de un orden constructivo y positivo que haga posible la libertad de conciencia, religión y culto de todos, sin discriminaciones; y Ciudadanía, como utopía realizable de protagonismo, de participación activa y decisoria de los seres humanos como protagonistas en un sistema democrático de convivencia, incluyendo el Partido al que pertenecía.

Con Claudio hemos luchado, codo a codo, por una educación solidaria, laica y cívica. Por una Educación y una Cultura Popular; por cuyo motivo creamos en su día con él la Liga Española. Claudio venía del pueblo y de la escuela del pueblo. Era un Maestro de vocación y decía que la escuela no sólo era un lugar para aprender lengua o matemáticas, sino algo más, un ámbito para la formación en el que se aprende a ser persona, a ser ciudadano y a convivir con otros superando las diferencias de religión, sexo o la menor o mayor facilidad que cada cual tenga para el estudio.

Siempre se suelen decir de las personas que se van, los elogios que tratan de resaltar sus mejores cualidades, omitiendo lógicamente los defectos .En el caso de Claudio, la cuestión es bien sencilla, era una buena persona, un buen hombre, en el que todos hemos reconocido la sinceridad y veracidad de sus cualidades humanas. Además nos hemos beneficiado del privilegio de ser amigos y compañeros de alguien que era entrañablemente sensible, sencillo, honrado, generoso y leal. Así fue como actuó en todas las facetas de su vida, como maestro, como voluntario, dirigente político, sindicalista y como dirigente de la LEECP.

Claudio había nacido durante los años de la II Republica y murió con la democracia de la Constitución de 1978 ya consolidada. Heredó de sus mayores unos ideales republicanos, socialistas, democráticos y laicos que defendió y practicó sin rencor, ni afán de revancha. Por el contrario, fue un firme partidario de la reconciliación, que para ser auténtica, decía, no debe incurrir en el olvido de los más perjudicados. Prueba de. su fidelidad a aquel legado de quienes habían sufrido persecución y cautiverio, como le ocurrió a su padre por defender a la República, la pude encontrar en la siguiente poesía que él guardaba de Rafael Morales, perteneciente al Romancero General de la Guerra Civil. Una poesía que, en su caso, suena a testamento y a testimonio sobre sus convicciones más íntimas y sobre su trayectoria vital:

Nació mi puño cerrado
y con él cerrado muero
Yo tengo en mis ojos, vivos
a los míos que murieron.
…………………………
…………………………
¡Que mientras yo tenga ojos,
que mientras, yo tenga pecho,
estarán vivos en mí
corazones en silencio.


Así fue Claudio. Así cumplió el compromiso que tenía como ciudadano y militante, por unos ideales que heredó y que siguen aún vigentes

Ahora todos nosotros mantendremos en nuestros pechos vivo el corazón de Claudio, que ya se quedó en silencio.

Victorino Mayoral Cortés. Presidente de la Liga Española de la Educación y la Cultura Popular y de la Fundación Cives

CEMENTERIOS IGNORADOS BAJO LA LUNA



No fue un obispo, desde luego, quien proclamara en 1938 la necesidad de alcanzar la paz, la piedad y el perdón y, en consecuencia, la reconciliación entre los españoles ciegamente enzarzados en una pavorosa guerra fratricida. Ni durante la guerra, ni siquiera hoy, el episcopado español ha asumido el mensaje de la paz ,la piedad y la reconciliación sin condiciones ni distingos entre buenos y malos. Fue un republicano, defensor del Estado laico, reformista burgués y antiguo alumno de los agustinos de El Escorial quién realizo aquel gesto humanista y patriótico en un discurso pronunciado en el Ayuntamiento de Barcelona en 1938.

Fue Manuel Azaña, presidente de la II República, cuyos restos, conforme a la lógica de la Ley de la Memoria Histórica, deberían descansar para siempre en territorio español, por dignidad de nuestro Estado y reparación de un notable olvido. Si AlfonsoXIII fue enterrado en El Escorial, después de ser democráticamente destronado, Azaña, democráticamente elegido, no se merece peor suerte.

Los obispos habían declarado Cruzada a una guerra provocada por quienes se alzaron violentamente en contra del régimen constitucional para solventar a favor de los sectores más privilegiados conflictos de raíz social y política, antes que religiosa, que deberían haberse resuelto en las urnas. Bendijeron el asalto contra el gobierno legítimo y la implantación de una dictadura que llegó con el apoyo de los nazis alemanes, los fascistas italianos, guerreros del Rif y otros mercenarios y la dictadura portuguesa de Salazar. No es una historia de la que alguien se pueda sentir orgulloso. Aquel conflicto dejó un reguero de muertos, cuyos restos están esparcidos aún en fosas comunes, abandonadas e ignoradas durante muchos años, a causa del desprecio y el sectarismo de los verdugos y del miedo prolongado de quienes en secreto tuvieron que beberse sus lagrimas en silencio, ocultando su condición de esposas, hijos o hermanos de los ejecutados ¿Paz, piedad y perdón?

Ningún jerarca eclesiástico actuó como el buen samaritano. Al contrario, han procedido a cuidar con esmero a las victimas propias, elevándolas a los altares y se niegan a admitir valor alguno de las otras victimas, omitiendo un gesto imprescindible de reconciliación, como habría sido un apoyo expreso a la recuperación de sus restos, ya que no a la reparación de los crímenes de los que podrían haber sido objeto. La conclusión que puede sacarse de tales actitudes es bastante pesimista: si la jerarquía católica sigue aún ignorando y prescindiendo del mensaje de paz y piedad hacia las victimas republicanas enterradas en las cunetas y ,al mismo tiempo, prosigue en su empeño de canonizar a centenares de mártires de aquella contienda será porque sigue asumiendo que aquel hecho histórico, en el que tanta parte tomó, fue una Cruzada, un conflicto esencialmente religioso, en el que ella fue beligerante y ,por tanto, no está dispuesta a renunciar a tal legado.

Un grave error que señalaron en su día intelectuales católicos franceses como Maritain, Mauriac y Bernanos; éste último autor de "Los grandes cementerios bajo la luna", donde denunció la barbarie de la guerra española. En 1939 Bernanos clamaba contra el comportamiento de la Iglesia española: "Es preciso que la cristiandad liquide este asunto de España, es necesario decir la verdad sobre España.¡Basta ya de frases¡¡Os habéis vengado, decidlo¡.Cuando tenemos la desgracia de ceder ante el espíritu de venganza, nos vengamos nosotros mismos, no le confiamos la tarea a un general provisto de la bendición episcopal. El asunto español emponzoña a la cristiandad".

Mauriac, Maritain y Bernanos no aceptaron nunca que la guerra civil española fuese una cruzada, y lo argumentaron no sobre razones políticas sino sobre sus creencias religiosas y ética católica. Ello no quiere decir que simpatizaran con la República. Promovieron, juntamente con otros intelectuales franceses, un llamamiento para poner fin a nuestra guerra civil, en el que decían: "Que no se cubra con una máscara de guerra santa a una guerra de exterminio". Una guerra de exterminio es lo que luego fue calificado como genocidio. Los pueblos que los padecen tienen marcada durante mucho tiempo una profunda cicatriz en su rostro. Esto pasó en Alemania. Esto ha pasado en España.

El asentamiento irreversible de la convivencia civil democrática, cuya experiencia dura ya más de treinta años, requiere contar la verdad de lo ocurrido y padecido y reparar todo aquello que todavía sea posible reparar. Es tarea en la que todos debemos actuar con generosidad. La Iglesia española, por su parte, tiene aún algo pendiente que hacer y que decir para contribuir a la reconciliación y la paz definitiva entre los españoles.

VICTORINO MAYORAL CORTES Presidente de la Fundación CIVES.

Preocupante deterioro de la moral pública

Los partidos politícos han sido considerados en nuestra Constitución instrumentos para la canalización de la participación polítíca de los españoles. Sin ellos no existiria el sistema democrático. Ocupan un lugar central en la organización de la convivencia. Pero la sana convivencia no es posible allí donde una gran organización partidaria se constituye ante la ciudadanía en un mal ejemplo de conductas que censuraríamos con dureza a cualquier persona o colectivo.

Amparar a sospechosos de cometer delitos, mentir, subordinar el interés general y los principios de una moral pública a las conveniencias de grupos que buscan el poder como si fuese un botín... Todo eso llega a convertirse en el ácido disolvente en el que se ahogan las sociedades cuyos dirigentes padecen achaques propios de las republicas bananeras.