"El objeto de la educación es preparar a los jóvenes para que se eduquen a sí mismos durante toda su vida." Robert Hutch

Preocupante deterioro de la moral pública

Los partidos politícos han sido considerados en nuestra Constitución instrumentos para la canalización de la participación polítíca de los españoles. Sin ellos no existiria el sistema democrático. Ocupan un lugar central en la organización de la convivencia. Pero la sana convivencia no es posible allí donde una gran organización partidaria se constituye ante la ciudadanía en un mal ejemplo de conductas que censuraríamos con dureza a cualquier persona o colectivo.

Amparar a sospechosos de cometer delitos, mentir, subordinar el interés general y los principios de una moral pública a las conveniencias de grupos que buscan el poder como si fuese un botín... Todo eso llega a convertirse en el ácido disolvente en el que se ahogan las sociedades cuyos dirigentes padecen achaques propios de las republicas bananeras.

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